viernes, 10 de enero de 2014

Rojo:

Para todos los que en estos últimos años me preguntan porque el predominio del rojo en mis páginas e ilustraciones, rojo vida, rojo fuerza, rojo sangre en mis venas, rojo amor, pasión por todo lo que hago. Así lo siento!... Crisss. El rojo es el único color brillante de verdad y puro en su composición. Es exultante y agresivo. Es el símbolo de la pasión ardiente y desbordada, de la sexualidad y el erotismo. Es un color cálido, asociado con el sol y el calor, de tal manera que es posible sentirse más acalorado en un ambiente pintado de rojo, aunque objetivamente la temperatura no haya variado. Su nombre procede del latín "russus". El rojo es el color de la sangre, de la pasión, de la fuerza bruta y del fuego. Se utiliza en las fiestas del Espíritu Santo, iluminando la llama del amor divino, y en las fiestas de los Mártires, en la Pasión, y el Pentecostés. Color fundamental, ligado al principio de la vida, sugiere vitalidad, entusiasmo, pasión, agitación, fuerza, sexo, calor, fuego, sangre, amor, audacia, valor, coraje, cólera, crueldad, intensidad y virilidad, estando asociado con sentimientos enérgicos, con la excitación apasionada o erótica. Es el color más sensual de todo el círculo cromático. El color de la pasión: 10 cosas. El rojo intenso... Culturalmente se ha relacionado el deseo sexual, lo afrodisiaco, con el rojo intenso, pero también con toda la gama de naranjas y amarillos, todos los tonos luminosos, que tienen que ver con la vida, que trasmiten alegría y vitalidad. La doctora Francisca Molero amplía a un plano más científico la concepción de los colores como estimulantes sexuales: “Tiene que ver con la luz que entra en el hipotálamo y libera en nuestro cerebro algunos neurotransmisores, como la serotonina. De hecho, se puede afirmar que personas con disminución de producción de serotonina tienden más a la depresión”. Es decir, que lo que realmente ‘levanta el ánimo’, lo que enciende el deseo, es la luz. Las hormonas sexuales (gonadotróficas) cambian acorde al ritmo del Sol y la Luna, influidas por la luz que es capaz de captar el hipotálamo. Éste se comunica con la hipófisis para liberar neurotransmisores serotonínicos. En resumen, cuanta más luz, más serotonina y más alegría de vivir. Por eso en los países con sol, ‘calientes’, la sexualidad está tan a pie de calle. En el Tantra (doctrina hindú que entiende la sexualidad como algo sagrado) el violeta es el color de la mujer, por eso lo han adoptado algunos movimientos feministas. También el doctor Bernard Jensen, un clásico del siglo XX en los estudios neuronales relacionados con el sexo, establecía ya la correlación entre los colores y la atracción sexual: “Los hombres, por lo general, adoptan una postura con más implicaciones sexuales cuando las mujeres visten de rojo, naranja y tonos morados, y se sienten menos estimulados por la ropa azul, amarilla o blanca”.

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